TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN Y PRÁCTICA DEPORTIVA EXTRAESCOLAR
9 de Septiembre de 2019 / Centro Médico Creu Groga
En una vida cada vez más sedentaria no se puede negar la realidad que vive la infancia en nuestros días. A las horas escolares se suman hábitos sedentarios promovidos por la cultura de las pantallas y las pautas alimenticias incorrectas.
La actividad física es indispensable en la vida de cualquier niño pero aún más en el caso de niños y niñas con dificultades atencionales y de impulsividad como son los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH de aquí en adelante) . Los beneficios directos de la práctica deportiva para estos niños serían:
- Mejora el concepto de autoeficacia: La vida escolar y familiar de un niño con dificultades atencionales está llena de pequeños fracasos que provocan altas dosis de frustración y estos afectan directamente a su autoimagen y autoestima. Practicar una actividad física en la que se sienta valorado y motivado será fundamental para compensar estos fracasos que se producirán en su día a día.
- Mejora el aprendizaje de habilidades: Una figura fundamental en el mundo del deporte infantil es la del entrenador el cual es un referente importantísimo del que aprender no sólo las técnicas y tácticas específicas de la disciplina deportiva practicada sino de manera vicaria comportamientos como el autocontrol, la organización, el compromiso y el esfuerzo.
- Mejora de la socialización: Los niños y niñas con dificultades de control de la conducta como son los que sufren TDAH tienen muchas dificultades para llevar a cabo una correcta socialización con sus iguales y los adultos. La práctica del deporte ayuda a los niños a tratar con los demás en situaciones cooperativas en las que mejorar sus vínculos de manera positiva y significativa.
- Aprender a resolver conflictos: En cualquier situación de carácter social, y más en las competitivas, aparecen conflictos inherentes a la práctica. En los ambientes deportivos es básico aprender a gestionar los conflictos y es el terreno ideal donde practicar las diferentes opciones de resolución que tienen. De esta manera lo aprendido en las sesiones deportivas podrá ser aprovechado tanto en casa como en la escuela.
- Reducción del estrés: El deporte genera toda una serie de procesos, tanto internos como externos, que provocan una reducción significativa del estrés provocado por nuestro estilo de vida actual. De hecho el deporte es el ambiente idóneo para canalizar toda la vida emocional de los niños y niñas con TDAH extrayendo su máximo potencial.
- Mejora de la motricidad: Debido a una irregular maduración cerebral, el TDAH como trastorno neurobiológico es resultado de este hecho, su sistema motor y propioceptivo muchas veces no se sitúa en la franja de edad que le correspondería. Desde hace 15 años los estudios han encontrado una estrecha correlación entre desarrollo motor fuera de las habilidades normativas de edad y los niños y niñas con TDAH debido al hecho de que ambas comparten zonas cerebrales tales como el córtex pre frontal y el frente orbital. Hacer deporte potenciará de manera indispensable las habilidades como la coordinación, la motricidad fina y gruesa y la planificación de movimientos.
Gracias al deporte estamos trabajando de manera directa en un ambiente motivante lo mismo que se quiere trabajar tanto en casa como en la escuela respecto a las habilidades menos desarrolladas en los niños que padecen TDAH como son la organización, la descomposición de tareas complejas en tareas sencillas, la gratificación del esfuerzo, las consecuencias directas de su comportamiento, la concentración gracias a focalizar una única tarea, el autocontrol de la conducta … y tantos otros beneficios sin precio.
Artículo cedido por Xavier Costa, psicólogo, especialista en infancia, TDAH, trastornos del aprendizaje, trastornos de conducta y drogodependencias. Jefe de la Unidad de Salud Mental del Centro Médico Creu Groga