EL DEPORTE Y LOS RIESGOS CARDÍACOS
26 de Agosto de 2019 / Centro Médico Creu Groga
Quiero comenzar a realizar actividad física de forma regular… ¿tengo riesgo de problemas cardiacos?… ¿qué he de hacer?
Realizo actividad física intensa de forma regular… ¿necesito un control habitual cardiovascular?
¿Es conveniente la realización de actividad física de forma regular?
Se ha demostrado de forma rigurosa que la actividad física regular reduce el riesgo de gran cantidad de problemas de salud en todos los rangos de edad. En concreto, se ha demostrado una reducción entre un 20% y un 30% del riesgo de morir por causas cardiovasculares tanto en individuos sanos sin factores de riesgo cardiovascular, como en individuos con factores de riesgo de enfermedad coronaria, como en pacientes con enfermedades cardiacas.
¿Por qué se produce este beneficio tan importante?
Pues porque la actividad física practicada de forma regular tiene un efecto positivo en multitud de factores de riesgo cardiovasculares, como son la reducción de la hipertensión arterial, reducción del colesterol malo (colesterol LDL), aumento del colesterol bueno (Colesterol HDL), disminución del sobrepeso y obesidad, y el control de la glucosa.
¿Es mejor un tipo de actividad física que otra?
No hay un tipo de actividad física especialmente adecuada para la reducción del riesgo cardiovascular mientras dicha actividad sea aeróbica. Esto es lo más importante. Se puede definir como aquella actividad física consistente en el movimiento de grandes grupos musculares de una manera rítmica y sostenida. Incluye las actividades deportivas clásicas, como el ciclismo, running, natación, esquí, tenis, futbol, etc. pero también cualquier otro tipo de actividad doméstica sostenida y que exija movimiento coordinado, como los trabajos domésticos, la jardinería…o los simples paseos.
Quiero comenzar a realizar actividad física aeróbica de forma regular… ¿conlleva algún riesgo cardiaco?
El riesgo de un evento cardiovascular durante la actividad física es muy bajo en personas sanas (se estima en 5-17 muertes súbitas anuales por cada millón de habitantes). Este riesgo, sin embargo, queda absolutamente compensado por los beneficios que conlleva. No obstante, el riesgo de eventos cardiacos graves (infarto o muerte súbita) es mucho más bajo en actividades de intensidad ligera-moderada que en actividades más vigorosas.
Entonces….¿cómo se clasifica la intensidad de la actividad?
Normalmente se clasifica en 3 estratos: ligera, moderada y vigorosa. La actividad física ligera habitualmente conlleva un incremento de la frecuencia cardiaca discreto, hasta el 50-63% de la frecuencia cardiaca máxima teórica (la frecuencia cardiaca máxima teórica se calcula como 220-edad). Sería, por ejemplo, paseo a un ritmo ligero (< 4,7 Km/h) o las actividades domésticas ligeras. La actividad física moderada produce un incremento de la frecuencia cardiaca hasta un 64-76% de la máxima teórica. Ejemplos de ésta son caminar rápido (4,8-6,5 Km/h), Ciclismo a ritmo suave (15 Km/h), bailes de salón, golf….La actividad vigorosa supone un incremento de frecuencia cardiaca entre un 77-93% y supondría toda la actividad deportiva aeróbica clásica: running, ciclismo más intenso, tenis, futbol etc.
Hace mucho que no realizo actividad física regular. ¿Se me debería hacer una valoración desde el punto de vista cardiovascular?
Si se quiere realizar una actividad física regular de nivel ligero y eres una persona sana sin factores de riesgo cardiovascular no es necesario realizar una valoración médica. Sin embargo, es absolutamente recomendable una evaluación clínica cardiovascular en personas sendentarias que se plantean comenzar a realizar una actividad física vigorosa, incluido cualquier tipo de deporte.
¿Que debe incluir la valoración cardiovascular?
El cardiólogo te hará una historia clínica un electrocardiograma y una exploración física para determinar tu riesgo cardiovascular basal. En la mayoría de los casos, y sobre todo, si eres una persona sedentaria o llevas mucho tiempo sin realizar ejercicio físico vigoroso, te realizará una prueba de esfuerzo convencional (ergometría) para precisar mejor tu riesgo cardiovascular. Además, si hay algún hallazgo sospechoso en la exploración física o el electrocardiograma, te practicará un ecocardiograma-Doppler para descartar cardiopatías estructurales.
¿En qué consiste la prueba de esfuerzo?
Consiste en la realización de ejercicio físico aeróbico (en tapiz rodante o bicicleta) de forma estandarizada en varias etapas de 2-3 minutos, de intensidad creciente, con el control continuo y estricto del electrocardiograma y la tensión arterial. Y, por supuesto, bajo la supervisión de un cardiólogo.
Quiero comenzar a realizar deporte, ¿debería hacerme una prueba de esfuerzo?
Como se ha comentado antes, en los casos en los que se quiere comenzar a realizar una actividad física vigorosa, es decir, en cualquier tipo de deporte aeróbico y sobretodo en personas sedentarias, es muy recomendable la realización de una prueba de esfuerzo supervisada por un cardiólogo.
Realizo deporte de alta intensidad de forma habitual, ¿tengo algún riesgo?
Aunque es difícil de establecer una estimación precisa, desafortunadamente el riesgo de muerte súbita en atletas, aunque bajo, nunca es nulo. Las estimaciones son muy variables, desde una tasa de incidencia de una muerte súbita anual por cada 917.000 atletas hasta una muerte súbita anual cada 3.000 atletas..
Siendo así, ¿debo realizarme algún tipo de control?
todo atleta debería seguir controles médicos por personal específicamente entrenando para descartar enfermedades cardiacas, especialmente antes de comenzar un plan de entrenamiento de alta intensidad. El control médico debería incluir una historia clínica detallada, exploración física cardiovascular, prueba de esfuerzo y, eventualmente, ecocardiograma según los hallazgos previos.
¿Qué se quiere descartar con el control?
Básicamente la presencia de cardiopatía estructural (anomalías del músculo cardiaco o de las válvulas), enfermedades arrítmicas y enfermedad coronaria.
¿Debo seguir controles regulares?
Dependerá de cada caso particular. Sin embargo, hay que tener en cuenta que conforme aumenta la edad, la enfermedad coronaria, causante de infarto, es la causa más frecuente de muerte súbita en el atleta. De esta manera, a partir de los 40 años, o antes dependiendo de la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, puede ser conveniente la realización de controles regulares que incluyan prueba de esfuerzo.
Artículo cedido por el Dr. Ignacio Ferreira y la Dra. Nuria Rivas, responsables del servicio de Cardiología del Centro Médico Creu Groga